FIN DE LA GUERRA FRÍA
La U.R.S.S. hizo muchos esfuerzos por mantener el régimen comunista, pero en 1985 el país no pudo evitar entrar en una profunda crisis, donde el gobierno planteó la necesidad de un cambio de política hacia la distensión con E.U. este proceso de re-estructuración de la economía soviética se le denominó Perestroika.
Las revoluciones de 1989 en la Europa oriental habían supuesto un acontecimiento histórico de múltiple resonancia. Por un lado, constituyeron el derrumbe de los sistemas comunistas construidos tras 1945, por otro, significaron la pérdida de la zona de influencia que la U.R.S.S. había construido tras su victoria contra el nazismo y que muchos no dudaban en denominar "imperio soviético".
La guerra fría, el enfrentamiento que había marcado las relaciones internacionales desde el fin de la segunda guerra mundial, va a terminar de una forma que nadie se hubiera atrevido a pronosticar unos años antes, por el derrumbe y desintegración de uno de los contendientes. El fin de la guerra fría y la desaparición de la Unión Soviética son dos fenómenos paralelos que cambiarán radicalmente el mundo.
Desde 1991 el gobierno abandonó el partido comunista y permite la independencia de varias repúblicas.
La Guerra Fría terminó en Europa cuando las recién liberadas naciones de Europa oriental eligieron gobiernos democráticos. La carrera armamentista se detuvo y Alemania se unificó.
Con la disolución de la U.R.S.S. y la desaparición del bloque socialista, estos países comenzaron a abrirse al comercio con Europa y con el resto del mundo.
La subida de Mijail Gorbachov al poder en la Unión Soviética en 1985 supuso un cambio radical en el curso de la guerra fría que acabó con la desaparición de los bloques. El programa de la perestroika provocó cambios profundos en la política exterior soviética. Era preciso reducir los asfixiantes gastos militares para incrementar los gastos civiles, cosa que sólo podía conseguirse con la iniciación de conversaciones para el desarme y la limitación del intervencionismo en otros países. Por su parte, los norteamericanos aceptaron entablar un diálogo que contaba con el apoyo de amplios sectores de la opinión pública internacional (incremento del pacifismo y del antimilitarismo en la opinión pública de ambos bloques). Gorbachov celebró varias entrevistas con Reagan con el objetivo de reducir los niveles de armas. El clima de franca distensión permitió al mandatario soviético y a George Bush el sucesor de Reagan, anunciar oficialmente en la Cumbre de Malta (1989) el final de la guerra fría. Ese mismo año se producía la caída del muro de Berlín, uno de los símbolos más emblemáticos de la guerra fría.
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